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03/04/2024

Collar. Placa. Correa

 Pueden parecer tres sustantivos comunes sin más, pero para mí tienen un enorme significado.

Si de algo me caracterizo es de informarme, investigar, absorber e incluso rozar la obsesión (hay quienes dicen que se llama “hiperfoco”) cuando algo me interesa. Cierto es, que todo este mundo al que yo ahora llamo “forma de vida” me ha gustado desde mi adolescencia, pero no pude explotarlo hasta hace muy poquito. La cuestión es que para informar he tenido que leer y ver a muchas parejas D/s, a muchas personas que tienen sesiones esporádicas, a personas que personas que simplemente divulgan y yo me hice mi propia fuente de información.

Y ahora es cuando yo me paro y digo: “¿Tengo una verdadera relación D/s?”
Porque claro, yo me comparo (está muy feo, lo sé), y veo que aquel hace una cosa que yo no, veo que aquella piensa de una forma que yo no, veo que no tiene lo que yo y por supuesto que yo no cumplo con “x” normas o reglas que debería cumplir.

Pero entonces yo veo como Kure, Mi Señor y Mi Amo saca el neceser rojo donde tenemos guardados: El collar, la placa y la correa. Veo como sus ojos brillan cuando coloca alrededor de mi cuello ese collar negro con dos argollas, en una está la placa: “Cé”. La otra queda libre y ahí engancha el mosquetón de esa correa ruda que pesa y que solo con un leve tirón me hace colocarme en mi posición: de rodillas, a sus pies, o simplemente de pie, recta y esperando la siguiente orden. Escucho el golpeteo de una argolla con la otra, de la placa contra la correa y siento que estoy en mi lugar, en mi sitio, que me podría quedar toda la eternidad en esa misma postura si así mi Dueño lo desea. Que llevar ese collar con esa placa significa para mí estar infinitamente agradecida por saber que soy lo que Él quiere, que soy Suya y que mi cuerpo, mi vida y mi alma le pertenecen.

Sé que existen muchos tipos de relación, y que quizá la mía no cumpla con todas las características de una relación D/s al 100% pero desde 2021 que transformamos nuestra relación, soy la persona más feliz y más afortunada porque siento que he nacido para esto y no me había permitido verlo así y entenderme. Y si encima ocurre con la persona indicada, con la que elegiste compartir tu vida y tu camino, has encontrado el lugar perfecto.